Cambios cognitivos

Algunas personas con la enfermedad de Parkinson (EP) experimentan un deterioro cognitivo leve. El deterioro cognitivo puede ir acompañado de sentimientos de distracción o desorganización, así como de dificultades para planificar y realizar tareas.
Puede resultar más difícil concentrarse en situaciones que dividen su atención, como una conversación en grupo. Cuando una persona con la EP enfrenta sola una tarea o situación, puede sentirse abrumada por tener que tomar decisiones. También puede tener dificultades para recordar información o para encontrar las palabras adecuadas al hablar. Estos cambios pueden pasar desde ser molestos hasta interferir al realizar asuntos domésticos.
En cierta medida, el deterioro cognitivo afecta a muchas personas con la EP. Los mismos cambios cerebrales que provocan síntomas motores también pueden dar lugar a la lentitud en la memoria y el pensamiento. El estrés, algunos medicamentos, la depresión y la ansiedad también pueden contribuir a estos síntomas.
Los síntomas del deterioro cognitivo leve (DCL) no suelen interferir en la vida doméstica ni laboral. Puede que ni siquiera se noten, pero pueden detectarse mediante pruebas. Los médicos solían creer que los cambios cognitivos no se desarrollaban hasta la fase media o tardía de la EP, pero investigaciones en los últimos 15 años sugieren que los cambios leves pueden estar presentes en el momento del diagnóstico.
Informe a su médico si le preocupan los cambios cognitivos. Puede que necesite cambiar su medicación o ver a un neurólogo o neuropsicólogo para que lo evalúe. Un terapeuta ocupacional también puede ayudarle a encontrar estrategias para adaptarse y hacer frente a estos síntomas. Un terapeuta del habla y el lenguaje puede ayudar con los problemas para hablar.
En general en la EP, el deterioro mental y motor tiende a producirse conjuntamente a medida que avanza la enfermedad, pero no siempre. El deterioro cognitivo significativo en la EP a menudo se asocia con:
- Angustia del cuidador
- Menor funcionamiento día a día
- Disminución de la calidad de vida
- Menor eficacia del tratamiento
- Mayores costos médicos debido a ingresar en una residencia de ancianos
- Aumento de la mortalidad
El deterioro cognitivo es distinto de la demencia, que es cuando se producen alteraciones cognitivas en 2 o más áreas de la cognición, lo que lleva a una pérdida más grave de las capacidades intelectuales, interfiriendo en la vida diaria e independiente. Aunque entre un 20% y un 50% de las personas con la EP experimentan un deterioro cognitivo leve, no todos estos cambios llevan a un diagnóstico de demencia.
Dos estudios de seguimiento a largo plazo sugieren que muchas personas con la EP acaban desarrollando una forma leve de demencia a medida que avanza la enfermedad, normalmente muchos años después de su diagnóstico inicial. Un medicamento —Exelon (tartrato de rivastigmina)— puede tratar la demencia en la EP, pero se están estudiando otros medicamentos.
¿Qué causa los cambios cognitivos en las personas con la EP?
Una de las causas es el descenso del nivel de dopamina, el neurotransmisor que interviene en la regulación de los movimientos del cuerpo. Sin embargo, los cambios cognitivos asociados a los descensos de dopamina suelen ser leves y restringidos.
Es probable que otros cambios cerebrales también participen en el deterioro cognitivo de la EP. Desde hace algunas décadas, los científicos estudian los cambios en otros dos mensajeros químicos —la acetilcolina y la norepinefrina— como posibles causas adicionales de la pérdida de memoria y de la función ejecutiva en el Parkinson.
Efectos de los cambios cognitivos
Los cambios cognitivos que acompañan al Parkinson en sus inicios tienden a limitarse a una o dos áreas mentales, con una gravedad que varía de una persona a otra. Las funciones cognitivas afectadas con mayor frecuencia son:
¿Cómo se diagnostican los problemas cognitivos?
Formas habituales de evaluar y diagnosticar los trastornos cognitivos:
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Entrevistar a la persona con la EP.
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Preguntar a sus familiares o aliados en el cuidado acerca de la persona con la EP.
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Administrar pruebas de tamizaje cognitivo como el Mini-Examen del Estado Mental (Mini-Mental State Examination o MMSE, por sus siglas en inglés) o la Evaluación Cognitiva de Montreal (Montreal Cognitive Assessment o MOCA, por sus siglas en inglés). El neurólogo hará preguntas que evalúen la comprensión de la persona acerca de dónde está y quién es, la fecha y el año, la atención, la memoria, el lenguaje y la capacidad para resolver problemas.
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Un neurólogo puede sugerir ver a un neuropsicólogo clínico para una evaluación más profunda.
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La evaluación neuropsicológica puede ser una herramienta diagnóstica importante para diferenciar la EP de otras enfermedades como la enfermedad de Alzheimer, el accidente cerebrovascular o la demencia.
¿Cómo se comparan los cambios cognitivos de la EP con la enfermedad de Alzheimer?
En general, la demencia produce un mayor impacto en la función social y ocupacional en la EP que en el Alzheimer, debido a la combinación de alteraciones motoras y cognitivas.
Existen ciertas coincidencias entre los síntomas y los cambios biológicos observados en la enfermedad de Alzheimer y en la EP. Sin embargo, es menos probable que ambos trastornos se produzcan al mismo tiempo. El desarrollo de la demencia en personas con la EP representa la progresión de la enfermedad, normalmente tras varios años de deterioro motor.
La demencia puede o no aparecer en las personas con la EP. Según investigaciones recientes, un 30% de las personas con Parkinson no desarrollarán demencia como parte de la progresión de la enfermedad.
¿Qué otras condiciones afectan el pensamiento y la memoria?
Hay otros factores que pueden influir negativamente en las capacidades cognitivas de una persona, como los trastornos del estado de ánimo, la ansiedad y el sueño. En algunos casos, estos factores pueden empeorar los déficits de memoria y pensamiento, así como afectar directamente la calidad de vida de la persona.
También se ha demostrado que algunos medicamentos utilizados para tratar la EP (como la selegilina (Eldepryl®) y la amantadina) tienen efectos estimulantes sobre el pensamiento y los niveles de energía.
Buscar ayuda para los cambios cognitivos
El cambio cognitivo es un tema delicado. De hecho, a menudo el médico duda tanto a la hora de abordar este tema como la persona con la EP a la hora de preguntar. A veces, el médico retrasará la charla acerca del deterioro cognitivo por consideración hacia la persona, que aún está superando el shock de un diagnóstico de la EP o luchando contra los síntomas motores.
Por este motivo, a menudo debe ser la persona con la EP quien inicie la conversación. Informe a su médico si usted o su ser querido tienen problemas que alteran a la familia o causan interrupciones en el trabajo.
Los problemas cognitivos nunca son demasiado leves para abordarlos con su equipo de atención. El médico puede brindarle opciones de ayuda, muchas veces mandándolo a ver a un psiquiatra, un neuropsicólogo, un terapeuta del habla y el lenguaje o un terapeuta ocupacional para que lo evalúen y le ayuden. La evaluación neuropsicológica puede ser especialmente útil, sobre todo en las primeras fases de un problema cognitivo. Tener esta prueba de referencia puede ayudar al médico a determinar si los cambios futuros están relacionados con la medicación, con la progresión de la propia EP o con otros factores como la depresión.
Cuando le reporte síntomas de deterioro cognitivo leve, el médico querrá descartar primero otras causas distintas de la EP, como deficiencia de vitamina B-12, depresión, fatiga o trastornos del sueño. Cabe señalar que la EP no provoca cambios repentinos en la función mental. Si se produce un cambio repentino, es probable que la causa sea otra, como un efecto secundario de la medicación.
Si los síntomas cognitivos son atribuibles a la EP, existen tratamientos farmacológicos. Aunque se desarrollaron para el Alzheimer, se ha descubierto que estos medicamentos a veces también ayudan en la EP. Entre ellos están la rivastigmina (el único medicamento aprobado por la FDA para la demencia en la EP), el donepezilo y la galantamina. Además, los estimulantes pueden beneficiar a una persona con problemas de atención por somnolencia diurna, pero siempre es importante evaluar otras posibles causas, como la apnea obstructiva del sueño o el sueño interrumpido por el aumento de la micción nocturna.
¿Cómo se tratan los problemas cognitivos?
Aún queda mucho por aprender acerca de la biología básica detrás de los cambios cognitivos en la EP. Los investigadores trabajan en el desarrollo de pruebas diagnósticas para identificar a las personas que parecen tener un mayor riesgo de cambios cognitivos y para diferenciar los problemas cognitivos de las personas con la EP de los que se producen en otro trastorno —relacionado pero diferente— conocido como demencia con cuerpos de Lewy.
Una combinación de medicamentos y estrategias conductuales suele ser el mejor tratamiento para los problemas cognitivos en la EP.
Consejos para aliados en el cuidado
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Ofrezca ayuda sólo cuando se la pidan.
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Ofrézcale pistas a la persona – por ejemplo, en lugar de preguntar: "¿Llamó alguien?", pregunte: "¿Llamó Linda?"
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Diga el nombre de la persona y mantenga el contacto visual al hablar para captar y mantener la atención.
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Coloque notas y listas de recordatorio en lugares visibles.
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Mantenga las cosas en lugares habituales.
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Para asegurarse de que los medicamentos se tomen a tiempo, proporcione un dispensador, quizá con alarma incorporada.
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Utilice fotos en los contactos del teléfono móvil para fomentar la asociación cara-nombre.
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Si la persona está buscando una palabra, dele una pista; por ejemplo, "la palabra que buscas probablemente empieza con 'd'".
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No termine las oraciones de una persona que necesita más tiempo para formarlas.
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Cuando presente a la persona una lista de acciones, primero verbalícelas y luego escríbalas.
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Haga preguntas para moderar la velocidad de la conversación y ayudar a que la persona entienda y recuerde mejor.
Esta página es una traducción de la página Cognitive Changes de la Parkinson’s Foundation, revisada en su versión en inglés por la Dra. Kathryn P Moore, neuróloga especialista en trastornos del movimiento en Duke Health, un Centro de Excelencia de la Parkinson's Foundation y revisada en su versión en español por el Dr. Kevin Duque, investigador clínico en Neurología, División de Trastornos del Movimiento, en la University of Cincinnati.