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Cómo abordar los trastornos del sueño en el Parkinson para un sueño más profundo

Man laying in bed having trouble sleeping

Dormir bien no sólo es importante para la función cerebral; es esencial para el bienestar de todo el cuerpo. El sueño favorece la salud cardiaca e intestinal, la función inmunitaria y más. Los trastornos del sueño pueden ser frecuentes en la enfermedad de Parkinson (EP), pero dormir bien es posible. Descubra cómo identificar y controlar los síntomas del insomnio, el síndrome de las piernas inquietas (SPI) y el trastorno de la conducta del sueño REM (RBD, por sus siglas en inglés).

El siguiente artículo se basa en una Charla con expertos de la Parkinson's Foundation acerca del manejo de los trastornos del sueño, presentada por el Dr. Roneil G. Malkani, profesor asociado de la Feinberg School of Medicine de Northwestern University y neurólogo del Northwestern Memorial Hospital, un Centro de Excelencia de la Parkinson’s Foundation.

Aunque se supone que las personas pasan alrededor de un tercio del día durmiendo, los cambios cerebrales relacionados con el Parkinson y los síntomas de la enfermedad pueden alterar el reloj interno del cuerpo.

Estos desafíos, junto con un exceso de somnolencia diurna, pueden crear un círculo vicioso. Dormir demasiado durante el día e interrupciones del sueño por la noche pueden causar fatiga e impactar en el movimiento, las funciones, el estado de ánimo y el bienestar.

Afrontar el insomnio

Al igual que la buena salud, el sueño reparador implica esfuerzo, a menudo requiriendo ejercicio diario y tiempo al aire libre con luz natural. Limitar las siestas, relajarse antes de acostarse, reducir al mínimo el tiempo frente a las pantallas, respetar un horario para acostarse y mantener el dormitorio oscuro y fresco también son esenciales para un sueño profundo. A veces, el simple hecho de salir de la cama cuando se siente inquieto para realizar una actividad tranquila hasta que se sienta cansado puede marcar la diferencia.

Sin embargo, incluso cuando se siguen las mejores prácticas para dormir, el insomnio puede persistir en el Parkinson:

  • A medida que se desgasta la levodopa, pueden aumentar el temblor u otros síntomas motores, dificultando el darse la vuelta en la cama.

  • Los dolores relacionados con la edad o la artritis también pueden agudizarse por la noche.

  • La nicturia (la necesidad de orinar con frecuencia durante la noche) puede afectar hasta a un 60% de las personas con la EP. El agrandamiento de la próstata también puede aumentar la urgencia urinaria en los hombres.

  • La depresión y la ansiedad, frecuentes y a menudo subtratadas en las personas con la EP, pueden exacerbar el insomnio. También el estrés. Por el contrario, el insomnio puede provocar cambios de humor y estrés.

  • La apnea del sueño (la interrupción de la respiración al dormir) puede afectar a casi la mitad de las personas con la EP.

Si sigue dando vueltas en la cama a pesar de dormir en un entorno saludable, hable con su médico, quien puede revisar y ajustar la dosis y el horario de los medicamentos actuales y llegar a la raíz de los problemas de sueño. Las herramientas utilizadas para diagnosticar los trastornos del sueño suelen incluir su historial médico, un diario del sueño o un estudio del sueño.

El tratamiento del insomnio debe personalizarse en función de sus necesidades y síntomas individuales y puede incluir:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): estrategias aprendidas en persona o en línea diseñadas para abordar los comportamientos y pensamientos que impiden dormir bien.

  • Técnicas de relajación aprendidas, como la relajación muscular progresiva, la repetición silenciosa de ciertas palabras o frases tranquilizadoras (entrenamiento autógeno) o el uso de la visualización mental positiva (imaginería guiada).

  • Restricción del sueño, que inicialmente limita el tiempo en la cama con el objetivo de promover un sueño más largo y profundo.

  • Terapia de luz brillante para disminuir la somnolencia diurna.

Su médico puede combinar la terapia del sueño con medicación. Entre los medicamentos habituales para el insomnio están:

  • Melatonina

  • Hipnóticos z (zolpidem, eszopiclona y zaleplon) y benzodiacepinas (clonazepam y temazepam), que favorecen el sueño.

  • Terapias inhibidoras de la vigilia como trazadona, antidepresivos tricíclicos (amitriptilina y doxepina), mirtazapina, antagonistas de la orexina (suvorexant, lemborexant y daridorexant), melatonérgicos (melatonina y ramelteon) y quetiapina

Otras terapias para el insomnio relacionado con la EP pueden ser la safinamida, la doxepina y la eszopiclona.

Síndrome de las piernas inquietas (SPI)

Las personas con la enfermedad de Willis-Ekbom, comúnmente conocida como síndrome de las piernas inquietas, pueden sentir una incómoda necesidad de moverse, así como hormigueo, ardor, dolor o sensación de que algo le camina por las piernas. Aunque no siempre hay una causa conocida, el SPI puede estar relacionado con alteraciones neurológicas, medicamentos, incluidos algunos antidepresivos o carencia de hierro. Cuando se sospecha el SPI con base en los síntomas de una persona, es necesario evaluar los niveles de hierro.

Los tratamientos para la deficiencia de hierro incluyen el hierro oral o intravenoso. Si los niveles de hierro son suficientes y los síntomas persisten, existen otras opciones de tratamiento:

  • Ligandos alfa-2-delta: gabapentina, pregabalina y gabapentina enacarbil.

  • Benzodiacepinas, incluido el clonazepam.

  • Medicamentos como el dipiridamol o la amantadina o, en casos graves, opiáceos.

La activación motora tónica (TOMAC) es un nuevo tratamiento de estimulación nerviosa por debajo de la rodilla, aprobado por la Food and Drug Administration de los EE.UU. para el SPI moderado a severo, que puede utilizarse periódicamente a lo largo del día.

Aunque existe una fuerte relación entre el Parkinson y el SPI, los investigadores están descubriendo que las causas subyacentes de cada enfermedad pueden ser muy diferentes. El Parkinson está relacionado con la pérdida de dopamina en el mesencéfalo, mientras que el SPI parece estar ligado a cambios de señalización en otras zonas del cerebro.

Los fármacos dopaminérgicos utilizados habitualmente para la EP también fueron en su momento uno de los pilares del tratamiento del SPI. Ahora se ha demostrado que el uso prolongado de medicamentos dopaminérgicos en personas con SPI a veces puede empeorar la señalización cerebral y los síntomas del SPI. En alguien con Parkinson, una cuidadosa adaptación de los medicamentos dopaminérgicos utilizados para controlar los síntomas motores también puede ser eficaz para controlar los síntomas del SPI.

Trastorno conductual del sueño REM (RBD)

Durante la fase de movimientos oculares rápidos (REM, por sus siglas en inglés) del sueño, cuando se sueña, normalmente sólo se mueven los ojos. El cerebro bloquea los movimientos grandes del cuerpo como medida de protección. Las enfermedades neurodegenerativas, incluido el Parkinson, están relacionadas con el trastorno conductual del sueño REM (RBD, por sus siglas en inglés), un fallo de este interruptor de encendido y apagado. La apnea del sueño y el consumo de antidepresivos también pueden estar relacionados con el RBD.

El RBD puede hacer que una persona actúe físicamente sus sueños. La persona puede hablar en sueños, utilizar un lenguaje agresivo o gritar, caerse o saltar de la cama. Estos sueños vívidos pueden ser leve o increíblemente perturbadores y pueden causar lesiones al soñador o a su compañero de cama.

Casi un 50% de las personas con Parkinson presentan síntomas de trastorno conductual del sueño REM, que pueden aparecer varios años antes del diagnóstico de Parkinson.

Crear un entorno seguro para dormir es esencial para quien experimenta síntomas de RBD:

  • Retire cualquier objeto que suponga un riesgo de lesión.

  • Si es posible, baje el colchón para reducir el riesgo de caídas.

  • Coloque cojines protectores en las esquinas de los muebles cerca de la cama.

  • Añade acolchado a la cabecera, una barandilla a la cama para evitar caídas y una alfombra o tapete junto a la cama para amortiguar las caídas accidentales.

Los compañeros de cama pueden conseguir un sueño más profundo utilizando una barrera de almohadas o durmiendo en otra cama.

Un estudio del sueño puede diagnosticar o descartar el RBD y a menudo se utilizan medicamentos para controlar los síntomas. Los tratamientos pueden incluir:

  • Melatonina (de 3 a 12 miligramos)

  • Clonazepam (de 0.25 a 2 miligramos antes de acostarse) o pramipexol

  • Rivastigmina transdérmica

Aprenda más

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